Este fin de semana muchos amantes motor acudieron a ver “Top Gun: Maverick”.
Leyendo comentario en redes sociales, la película original los había hecho disfrutar, y las expectativas sobre su secuela eran positivas, pero cautelosas y no es la primera vez que una secuela de un clásico defrauda. Sin embargo, las cosas fueron completamente diferentes en el mejor de los sentidos. “Top Gun: Maverick” no solo es una grandísima película de acción, sino que es también una sentida carta de amor al motor clásico, y a todo lo analógico que se puede amar en el cine.

La secuela de Top Gun sigue a muchos de los personajes de la película original, centrándose en Peter Mitchell “Maverick”, interpretado por Tom Cruise. 36 años después, sigue siendo un capitán sin demasiado apego por las órdenes. Sigue inmiscuido en líos de faldas y sigue enamorado de la velocidad y el pilotaje. Y en este caso, no solo estoy hablando de los aviones a reacción.

La guarida de “Maverick” es un hangar en el que él mismo mantiene y repara un precioso caza P-51 Mustang de la Segunda Guerra Mundial. Un icono de la aviación militar que hoy en día es una reliquia de ochenta años de antigüedad. Aunque el Mustang es un actor secundario, el propio Tom Cruise vuela en la película con un P-51 real. Sus planos al atardecer y la cuidadosa captura del sonido de su motor V12 son una deliciosa golosina audiovisual. En la Top Gun original, Maverick pilotaba una Kawasaki GPZ 900 R sin casco, tanto en las calles como en un aeródromo.

En la secuela, la misma GPZ vuelve a hacer acto de presencia, y es reemplazada por una espectacular Kawasaki H2 cuando Maverick vuelve a estar implicado en el programa Top Gun.

La H2 es la moto más rápida del mundo, y su motor tetracilíndrico de litro desarrolla 228 CV, gracias a su sobrealimentación por compresor. Por supuesto, la moto es pilotada sin casco. En “Top Gun: Maverick” no faltan idilios románticos, y para los aficionados a los coches es inevitable recordar el Porsche 356 Speedster del año 1958 que conducía Charlie en la original.

Aquél precioso Speedster negro era en verdad una réplica, construida en Canadá por Intermeccanica. En la secuela de Top Gun el coche que conduce Penny – interpretada por una sensacional Jennifer Connelly – es también un espectacular Porsche clásico. Concretamente un precioso Porsche 911 S del año 1973, con motor de 2,4 litros y 190 CV, pintado en color plateado. Este Porshe 911 es considerado el último 911 verdaderamente clásico: en 1974 llegó el icónico G-Model, con sus paragolpes de plástico y su aerodinámica más moderna.

Este 911 es un claro homenaje al filme original, y un guiño que los más aficionados a los coches no dejarán pasar. Es un coche de lo más adecuado para un personaje aficionado a la navegación a vela. En definitiva, los coches y motos que acompañan a Maverick son coches que apelan al corazón de los más petrolhead, y que refuerzan el mensaje de la película: la máquina es importante, pero es más importante el piloto que su tecnología.

Es un clásico del cine que vale la pena ir a disfrutar.



Título: Mundo Motero News.
Numeración de edición: Primera V.1.0
Mes-Año: 05-2022
País: Colombia.
Formato: Recurso Electrónico en Línea.
Periodicidad: Diaria
Editor de la Publicación: Grupo Impricol SAS.
ISSN : 2805-9700
Fecha y Hora :


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