El momento exacto en el que alguien decidió acoplar un carrito lateral -un “side car”- a una moto para ampliar su capacidad se desconoce aunque, como casi todo en esto del motor, se atribuye a una marca inglesa -la Oakleigh Motor Company- la primera en comercializarlos a principios del siglo XX.

La idea era simple: con el sidecar la moto se convertía en un vehículo utilitario en el que podía viajar una familia entera y, aunque perdía buena parte de su agilidad característica, ganaba estabilidad y capacidad de carga. De hecho, la moto con sidecar ocupó el papel de vehículo familiar durante las dos posguerras hasta que el automóvil se popularizó y acabó asumiendo ese papel.

Con el sidecar la moto se convertía en un vehículo utilitario en el que podía viajar una familia entera

Quienes pronto se dieron cuenta del potencial de los sidecar fueron los militares. Resultaban rápidos, baratos y ágiles y armados con una ametralladora pesada se convertían en un vehículo temible para moverse por el frente. Si bien fueron empleados con profusión por todos los ejércitos durante la Primera y Segunda Guerra Mundial, en la memoria colectiva quedan grabadas especialmente las imágenes de las imparables BMW y Zundapp con sidecar avanzando por Europa. Unas máquinas, más allá del régimen al que servían, que aún hoy levantan admiración por su potencia, tecnología y diseño.

Fuera de los escenarios bélicos, y ya con la explosión definitiva del automóvil como vehículo de masas, el sidecar fue perdiendo peso en el mundo de la movilidad hasta quedar relegado al rol anecdótico que tienen hoy. Para los moteros de siempre siguen siendo una aberración; presentan todas las desventajas de la moto (frío, lluvia, poca capacidad de carga, riesgo…) pero ninguna de sus ventajas de agilidad, capacidad de “ratoneo” entre el tráfico…

Sin embargo, y siendo cierto lo anterior, siguen siendo muy populares en algunos mercados centroeuropeos y cada año se siguen vendiendo un puñado de ellos en todo el mundo.

¿Se conduce igual un sidecar que una moto?

Un sidecar es efectivamente una moto… pero no se conduce como tal. Y ese es el secreto: manejar un sidecar es una experiencia diferente que requiere de habilidad e incluso de cierto aprendizaje previo.

Son vehículos diseñados para circular a velocidades más tranquilas que las motos convencionales y que por razones obvias no pueden inclinarse en los virajes.

Sus tres ruedas están colocadas en ejes asimétricos y la rueda motriz se sitúa descentrada respecto al eje de la marcha, lo que hace que el peso se concentre en uno de los lados.

Como norma general, al acelerar todo el conjunto tenderá siempre a a irse hacia el lado del sidecar y al frenar, al contrario. Rodando en línea recta hay que hacer bastante esfuerzo para mantener el conjunto en el sitio. 

En las curvas a la derecha -el lado del sidecar en Europa- el giro se hace a base de manillar y no de inclinación y para los virajes a la izquierda hay que aprovechar la tendencia natural del vehículo a irse hacia ese lado al frenar. ¡Y todo ello intentando mantener la tracción y la rueda del sidecar en el asfalto!

Conducir, en resumen, un sidecar tiene muy poco que ver con hacerlo en una moto e incluso para los moteros más expertos es conveniente acudir al asesoramiento y tomar clases prácticas con profesionales antes de dar el salto a las tres ruedas.

¿Qué carnet necesito para conducir un sidecar?

Los sidecar son perfectamente legales en nuestro país y la oferta, aunque minoritaria, existe. Para conducir uno hay que estar lógicamente en posesión de la licencia motociclista correspondiente.

El Reglamento General de Conductores autoriza a que los titulares del carnet A1 puedan conducir motos con sidecar siempre que la cilindrada del la moto no supere los 125 cc, una potencia máxima de 11 kW y una relación potencia/peso máxima de 0,1 kW/kg. Estaríamos pensando, por ejemplo, en un sidecar acoplado a un scooter de 125. También con el carnet de coche se podría conducir un sidecar así.

La licencia A2 también lo permite siempre y cuando se cumplan las limitaciones legales de potencia máxima de 35 kW y una relación potencia/peso máxima de 0,2 kW/kg. Y lógicamente también los titulares del carnet A podrán conducir motos con sidecar, ya que ese permiso de conducción autoriza a conducir todo tipo de motos así como triciclos de motor.

Y como norma general todos los ocupantes del sidecar debe usar el preceptivo casco y los menores de 12 años no pueden viajar como pasajeros en él, con la excepción de si la moto la conducen sus padres o tutores, en cuyo caso la edad mínima se rebaja hasta lo 7 años pero nunca menos.

¿Se puede montar un sidecar en cualquier moto?

La respuesta es que técnicamente sí pero hay que señalar que el proceso es costoso, laborioso y exige acudir a un preparador especializado y la correspondiente homologación posterior del vehículo, no siempre fácil. A no ser que se quiera sidecarizar un modelo concreto, resulta mucho más práctico adquirir una moto con el sidecar ya montado de serie o en el mercado de segunda mano una ya homologada anteriormente. 

En cualquier caso, insistamos, es totalmente legal incorporar a nuestra moto un sidecar siempre y cuando se tengan en cuenta los criterios requeridos de homologación como tamaño -el sidecar debe ser proporcional a la moto- además de nuevas luces, pruebas de frenado, límite de peso, soldaduras de subchasis, rigidez de barqueta, suspensión individual regulable, freno independiente, etc…

En nuestro país, la única empresa especializada en venta de sidecar y sidecarización se encuentra en el Poble Nou de Barcelona. Se trata de Angie & Deme Dreams SCP, un establecimiento regentado por dos apasionados de los sidecars que estarán encantados de asesorar a quienes quieran saber más sobre este mundillo de las motos de tres ruedas.

Fuente: La Vanguardia – Web



Título: Mundo Motero News.
Numeración de edición: Primera V.1.0
Mes-Año: 05-2022
País: Colombia.
Formato: Recurso Electrónico en Línea.
Periodicidad: Diaria
Editor de la Publicación: Grupo Impricol SAS.
ISSN : 2805-9700
Fecha y Hora :


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